en este mundo infinito de posibilidades...

En este espacio en el que me retuerzo como pez en el agua -que no precisamente de sal-, y que sin embargo es tierra: he de agradecer la magia y conciliaciones afortunadas de ángeles y brujos, brujas y caballeros que evidentemente me han abrazado por estos momentos -que por las reencarnaciones también-, para iluminar esta retorcida mente (por eso de complicarme sin sentido la vida)...

Descubrí en el camino amarillo -y gracias a sus orejas, consejos, apapachos y acompañamientos-, que los ladrillos no eran de barro sino de migajas de pan... descubrí que el león si era como lo habían pintado y sin embargo no emitía ningún gruñido como parecía, me descubrí como dragón de fuego como bien lo dijo algún pequeño pero no menos importante dios... y pese al conocimiento de los caminantes, entendí que los pies me duelen por qué además de marchar, algún compañero de viaje puede pisarte sin siquiera proponérselo… que los problemas no se acaban y que solo resta volar de vez en cuando aunque para eso se tomen aviones que no resultan del todo gratuitos… que no soy mala por querar amar, que aprendo a aceptar, que si espero sufro... que voy a ser feliz en resumidas cuentas, que se permiten las lágrimas, pero sin deshidratar el alma...

y descubrí una boca cachonda, un alguien con “mucho cariño”, el mejor piropo, sonrisas sinceras, olor a limpio, a tierra mojada y como retomar por bautizo mi olor a flores sencillas con un toque de canela... sí que el cappuchino venti me ha devuelto la carcajada...


Si... vamos que ha amanecido y me encuentro arriba, arriba... ouch! Si, si, Sí…

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p.d. Rrosique: tienes toda la boquita llena de razón, la mujer a los 30 está en la mejor edad :D