6.22.2008

A veces

A veces unas pocas cosas nos hacen felices
sin motivo:

El abollado pozal de hojalata en plena lluvia primaveral
bajo el cerezo en flor
justo antes de que comience a clarear.
O las botellas de vino tinto
que tiramos por la ventana anoche en la borrachera
justo después de...

Y a veces las mismas cosas nos hacen infelices por el mismo motivo.


Henrik Nordbrandt.

Nace en Copenhague en 1945 donde en la universidad estudia lenguas orientales. Huyendo de la rigidez de la época, abandona su país y se traslada al sur de Europa. En 1966 publica Digte (Poemas), pero su confirmación como poeta de las letras danesas llega en 1974 con Opbrud og uppbrott (Partidas y llegadas).

Su poesía destaca por un clasicismo que integra el exotismo y la cultura oriental con el tema del viaje como fondo. En el itinerario aparecen el amor y la soledad tratados con sensualidad y melancolía. El lenguaje mezcla lo cotidiano de la existencia y el misterio de su interpretación con el gusto por la paradoja y la ironía como elementos que desdibujan el drama de la existencia humana.

El temblor de la mano en noviembre (1986) se compone de unos noventa epigramas líricos de cuatro versos, escritos en un mes que resume el dolor del mundo. Para el poeta, la vida es un cuarto oscuro en el que avanzamos a tientas, y noviembre, un tiempo de oscuridad donde constatamos lo inexplicable que no busca verdad alguna.
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2 comments:

Anonymous said...

a veces unas palabras lejanas y cercanas nos dan felicidad

fgiucich said...

La felicidad puede estar en cualquier sitio, en el momento apropiado. Abrazos.