Por fin después de muchos meses caí en casa... es inevitable, encontre a tres madres en vez de una sola.
Ha habido muchos cambios y me da tremenda alegría ver a mis hermanas más unidas. Mis sobrinos están cada vez más lejos de mi apodo constante: enanos.
Mi madre está a punto de jubilarse y como es natural en pleno transe de cambio. Mi hermano está cambiando mucho o igual apenas lo estoy descubriendo, quisiera tener más contacto con él.
Mi padre se ha puesto nuevamente en su papel conmigo y me ha pedido pensarle en ubicación y planes a largo plazo, como si no los tuviera. Lo entiendo, tiene miedo de que no concrete lo que él piensa que debo hacer.
Debo pensar las cosas, creo que no tiene nada de sano que sepan que no estoy bien, me estresan aún más con sus preocupaciones, o debo entender que me veo bastante patética??
Lo bueno del caso es que pudimos compartir la comida juntos y al final todo mundo termino vomitando lo que le dolia... Hasta mis sobrinos participaron en la polémica de que es lo mejor para lo mejor.
Cuando salí de casa, me recorde que es el mejor lugar para volver, porqué pese a los caracteres de todos, es el único lugar donde me reciben con los apapachos que tanto necesito. Y con la fe y compromiso que me hace levantarme en todo momento.
Dios, en que espacio deje de ser niña? cuándo empezamos a crecer? cuándo mis padres comenzaron a ser niños? cuándo los protegemos nosostros como hijos??
Sin más... no comentarios.
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