sin hablar

Y habrá que recibir los buenos momentos como irrepetibles -como lo que son-, aunque mi estupidez sea tal como pensar que fuera en ambos sentidos, como cuando lo que dura un instante se rompe por el inexistente tiempo, como el vuelo de la mariposa, como los abrazos que tengo pendientes y que a bien certera suerte guarde...

Y no ha sido mi miedo... yo te esperaba -ese es mi error-, por lo que me siento culpable, por lo que no sé amar…

Ha sido real... pasó y como si nada, volé de nuevo y así de nuevo tuve que guardar mis cielos y esconder mis mares ante la sudestada, como si con ello pensará que no pudiera afectarme... y así estoy por qué no hay más... a almacenarse los cariños que nada ha pasado, que nada le piensa que nada le siente con lo que usted aguarda... que nada se dijo, que no hay promesas, que me valen también sus quereres… que le siguen andando los pies como si no hubiera volado con mis alas... ¿pero es que acaso tiene qué ser diferente?

Que como bien dicen, en esto habrá que sentarse a aceptar o si quiere sufrir espere y duélase de lo que no puede ser porque no será, porque ya no buscaré abrazarle de nuevo, porque carajo, para mi es real, para mi fue, para mi será, aunque en esto no existan palabras, no exista color, no exista discusión ni exista un después, ni exista un mañana...

Llorando... por qué de esto -de ti, de mi-, de lo que siento, no se puede hablar… por qué no estoy en tu mundo, a tu lado sin embargo... por qué no hay más caminos, por qué no hay más historia...