10.22.2004

Octubre 18, 2004... la estación soledad...

Son las 10:56, y yo no dejo de marcarle a Edgar y Celina. Me pregunto si están dormidos o de plano no han llegado a su casa. Este es un día tremendamente solo. En realidad creo que la sola soy yo, al no querer estar donde estoy con quien estoy. Han sido tantas emociones hoy día que quisiera salir gritando a contárselas a todo mundo.

Siguen pasando los minutos y yo sigo con la necesidad de platicar un poco de lo casi todo que me ha pasado hoy.

Es horrible estar gritando para nuestros propios adentros. Son un buen de emociones o soy un buen de alucinada al emocionarme por el primer día del proyecto x.
Mis ojos casi se cierran de cansancio y mis pies me dicen que mañana ni de broma soportaran tacones altos, so tengo que prepararme para la otra eternidad efímera que sin duda sucederá mañana.

Conozco verdaderamente el camino, sé que representa un reto... Que triunfaremos, que soy capaz, que soy creativa... Que terminará, que seguiré luchando, que aquí estamos, que no hay de otra. Que la mejora de procesos me gusta, que es CMMI, que vienen proyectos aún más tentadores, que seguimos en pie de guerra... Que no hay nadie a mi lado que pueda compartir lo poco o tanto que puedo guardar en un solo pedazo de papel, en un minuto...
Que estoy sola a pesar de estar rodeada de millones de gente, cómo plasmo que no es la gente, que no son los amigos, que yo solo necesito un poco de verdadero corazón.

Es solo el amargo sabor que descubres después de haber disfrutado del cielo. Un precio muy alto. Por que los mejores momentos al menos en mi caso, duran muy poco.

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