10.22.2004

Octubre 20, 2004. Segunda estación...

He descubierto (dentro y fuera de mi) que odio estar sola. Probablemente la tendencia a eliminar la rutina es lo que me está matando, pero evidentemente estoy cansada de seguir llegando sola y haciendo casi todo con la única compañía de mi misma. Lo social aquí sigue: conozco a mucha gente y mucha gente me quiere. Lo malo del caso es cuando salgo de la oficina y llego a casa, a pesar de intentar entretenerme no puedo dejar de sentir que no hay alguien que sinceramente quiera escucharme. Aludo lo de la sinceridad porqué más allá del morbo insano de enterarse por las cosas o conocimientos de alguien, requiero un ser que realmente requiera escucharme, es decir a corazón abierto, con entusiasmo, con interés, simple: con ganas, con pasión con esas cosas que uno hace cuando se enamora.

Es angustiante querer gritar. Marenco me diría que la abra la boca y que grite bien fuerte, más no sabe que estoy desgarrada de tanto aullido. Ayer de plano me desahogue con Celi. Fue gratificante la oreja, pero obviamente no puedo estar llamando cada semana diciéndole, oye me siento mal de nuevo. Lo que puedo intentar es hacer de cuenta que no existo, que no hay nada y que no requiero de nada.

La mente me dice que me prepare, que dadas las circunstancias y los proyectos de olvido, es mejor quedarme como sigo. Y el corazón reclama diciendo: esto no es lo que quieres, pero como le hacemos si a quien queremos no quiere. No consiste solo en apertura y buen corazón, no importa siquiera el entendimiento y aceptación de los dos géneros humanos. No es cuestión de clase ni de conocimientos. Es error de corazón y eso ya viene de fábrica, simplemente respeto hasta el más mínimo detalle, conquisto, quiero, doy más que todo (incluida yo misma), creo, construyo (soy la misma y sin embargo siempre diferente) y obviamente quiero recibir sino lo mismo al menos un intento sincero por lo que soy, un respeto por lo que pienso y una aceptación a todo lo que doy. ¿¿Es eso tan complicado??. He intentado querer de forma diferente, con todo y protocolo social -soy incluso celestina certificada-, embonando perfiles, aplicando conocimientos científicos (tales como identificación de competencias), etc, etc. Pero no puedo, yo amo así como soy, aun cuando en cada emisión me desagarre y me deje heridas de muerte en vida.

¿Y que hay de los que me quieren? No tienen la suficiente creatividad para mantenerme más allá de los simples detalles... No es que exija demasiado, es cuestión de corazón. Conclusión: quiero cuando quiero (y de que manera).

No comments: